martes, 16 de enero de 2018

Yo quiero ser Geofísica - Pilar S. Sánchez-Pastor

Y yo quiero ser...Geofísica
(Por Pilar S. Sánchez-Pastor)

Escucha música mientras lees, vete al final.

Física, una palabra que inspira tanto y a la vez tan poco. Todos hemos oído hablar de esta ciencia desde que somos pequeños pero, a no ser que se tenga a algún físico en el entorno, no sabemos bien qué pensar. Suena difícil, complejo, misterioso y, a la vez, majestuoso. Cuando vemos películas como por ejemplo Interestellar, nos despierta un interés en querer entender si es posible lo que vemos o ciencia ficción, surgen debates entre amigos e incluso muchos buscan información en internet. Nace un interés por saber lo que hay detrás, o lo que es lo mismo, la física.

La física que estudiamos en el instituto me resultaba bastante aburrida, un poco lejos de lo que me inspiraban los documentales de galaxias, las visitas al planetario, o videos de YouTube sobre agujeros negros. Ahora entiendo que para entender todo eso, es necesaria la base que nos explican en el colegio y, no menos importante, un buen profesor que nos motive y nos relacione esa base físico-matemática con las más punteras investigaciones.

Yo tuve mucha suerte al tener un excelente profesor. En las clases nos enseñaba el temario del curso, nos explicaba noticias sobre ciencia,  los premios Nobel y, además, a ser unas personas críticas con nuestro entorno y con nosotros mismos. No se puede saber qué pasaría si cambiamos algo de nuestro pasado, pero a lo mejor no estaría escribiendo estas palabras ahora si no hubiera sido por tener aquel profesor. Si no tenéis dicha suerte, buscadla. Pero no os dejéis influenciar por un mal profesor, orientador, amigo o familiar.

Personalmente se me recomendó que no estudiara física. “Es una carrera muy complicada y tú sueles suspender matemáticas, física y química” – solían decirme. Es cierto que suspendía, pero aquellos que lo decían no se preocupaban por saber por qué lo hacía. Tenía varias razones, no estudiaba lo suficiente, los nervios me hacían equivocarme con frecuencia y no tenía un entorno favorable para estudiar como la mayoría de mis compañeros. Pero entendía los conceptos y tenía claro que era lo que me gustaba aprender, física. Así que ignoré todos esos comentarios y tuve presente la cita de Santiago Ramón y Cajal: “Todo hombre puede ser, si se lo propone, escultor de su propio cerebro”.

Nunca me he arrepentido. En la carrera encontré una motivación que no creo que hubiera encontrado en otro lugar. Ese sentimiento de emoción cuando te demuestran algo que durante mucho tiempo te has creído. No tener que memorizar nada, sólo pensar. Ser capaz de resolver problemas que nunca antes había visto. Entender el mundo  que nos rodea. Por todo ello, los años de universidad no sólo me formaron como profesional, también como persona.

Durante la carrera tuve la oportunidad de profundizar en diversas ramas, como geofísica, astrofísica, física cuántica… Y dentro de ellas se pueden estudiar muchos temas más específicos. A veces ese amplio abanico de estudios es abrumador, hay tanto conocimiento por descubrir que puede resultar complejo elegir. A lo mejor te encuentras ahora en ese mismo punto. Mi consejo es que vayas a aquel sitio que te inspira, que te hace pensar y te relaja, pero ve solo, sin nadie. Y deja volar la imaginación, ¿dónde te ves en 10 años?, ¿cómo te gustaría vivir?, ¿quién te gustaría ser? Ahí podrás encontrar esa motivación que será tu motor. Éste irá cambiando a compás del tiempo, pero recuerda, el tiempo nunca se para así que no lo pierdas.

Poco a poco me fui dando cuenta de que encajaba en la física aplicada. Me gustaba estar en los laboratorios tomando medidas, hacer programas para tratar los datos y sacar conclusiones sobre los resultados; además del interés por entender la parte más teórica. Por otro lado, me motivaba la idea de poder aportar algo a la sociedad y de que el trabajo que hiciera pudiera tener una aplicación directa a un problema actual. Todo esto, junto con que las noticias sobre terremotos y erupciones volcánicas siempre me habían cautivado, me llevaron a decir un día: ¡yo quiero ser geofísica!

¿Qué es la geofísica y para qué sirve?

El prefijo geo- proviene del griego y significa ‘tierra’ o ‘La Tierra’ por lo que podemos deducir que es la  parte de la física centrada en el estudio de la Tierra. Dentro de esta rama podemos encontrar otras muchas que a veces no son muy conocidas y después comentaré. Pero antes, ¿por qué es importante? Por un lado está el conocimiento en sí del lugar en el que vivimos, saber cómo era en el pasado, poder compararlo con el presente y poder imaginar cómo será en un futuro. Por otro lado, destaca el interés por proteger al ser humano de amenazas naturales como por ejemplo: terremotos, erupciones volcánicas, tormentas geomagnéticas, tsunamis… Y, en los últimos años, en la extracción y utilización de recursos naturales como petróleo, minerales, gas…

La Tierra es un planeta más del Sistema Solar, por lo que todo el conocimiento que se va adquiriendo sobre él lo podemos extrapolar a otros cuerpos celestes. Hay estudios sobre la tectónica de placas de los planetas rocosos, la actividad volcánica del satélite Io, la atmósfera de Venus…Son temas que típicamente se relacionan con astrofísica pero la base de todos ellos es la misma, la física. Por lo que geofísicos y geólogos también realizan una importante aportación. Es muy enriquecedor en una investigación, al igual que en cualquier tema cotidiano, contar con diferentes puntos de vista. En la actualidad esto se está fomentando y encontramos muchos trabajos que se conocen como multidisciplinarios.

Fig. 1.  Representación gráfica de la magnetosfera terrestre. Las líneas rojas representan el campo magnético de la Tierra y las blancas el del Sol.

Otro campo que actualmente está en auge dentro de la geofísica es lo que se conoce como ‘space weather’. Consiste en el estudio de las condiciones electromagnéticas del espacio interplanetario. Como puede verse en la Fig. 1, el campo magnético del Sol y la Tierra interaccionan formando diferentes estructuras alrededor de ésta que en su conjunto forman la magnetosfera. Gracias a ella, la superficie del planeta está protegida de la actividad solar, aunque cuando ésta aumenta, la magnetosfera se debilita y las partículas expulsadas por el Sol llegan a la Tierra, entran por los polos y pueden causar importantes daños. Esto se conoce como tormenta geomagnética. La más fuerte de la que se tiene registro es conocida como el evento de Carrigton en 1859. Puesto que la radiación tarda unos minutos en llegar a la Tierra, podemos anticiparnos y evitar grandes daños en los sistemas eléctricos debido a las corrientes inducidas que se generan. Por ello, es importante tener satélites como el SOHO vigilando la actividad solar. Aunque no todo es destrucción, las auroras son una bella consecuencia de las tormentas magnéticas. De nuevo, esto también ocurre en otros planetas como puede verse en la Fig. 2.

Fig. 2. Fotomontaje de Saturno con una aurora (imágenes tomadas por el telescopio espacial Hubble).

Las ramas más clásicas de la geofísica son la sismología y la vulcanología. Hoy en día, tanto terremotos como erupciones siguen causando muchos daños a la población y quedan muchas preguntas sin respuesta. Gracias al avance de la tecnología y a la concienciación de muchos gobiernos sobre la importancia de esta ciencia, se dispone de redes de estaciones sísmicas distribuidas por muchos países que se encargan de recoger datos del movimiento del suelo, así como terremotos y ruido sísmico (Fig.3). Este último es generado principalmente por el oleaje de los océanos, creando ondas sísmicas que viajan a través de la tierra y podemos registrarlas en cualquier momento y en el cualquier punto de la superficie. Esto ofrece interesantes aplicaciones como la monitorización de volcanes en tiempo real. Si hay un ascenso de magma hacia la superficie, el medio circundante cambiará y, por tanto, el ruido registrado será diferente. Recientemente han surgido varios estudios que comentan la posibilidad de avecinar (que no prever) las erupciones volcánicas.

Fig. 3.  Red de estaciones sísmicas de IberArray (proyecto Topo-Iberia financiado por el Ministerio de Educación y Ciencia).

La Geofísica es una ciencia que debería promoverse y darse a conocer más. Se pueden conseguir grandes resultados de los cuales todos nos veríamos beneficiados. También debería de fomentarse la concienciación sobre diversos riesgos naturales. Siguen muriendo personas en España a causa de la falta de conocimiento sobre cómo actuar si hay un terremoto. Y, a la contra de lo que se piensa, hay terremotos todos los días del año. Además, esta ciencia ofrece un amplio espectro de posibilidades de estudio y trabajo entre los cuales es sencillo encontrar en cuál encajar.

Así, con este pequeño resumen de mi experiencia como geofísica pretendo promover un sentimiento de reflexión y autocrítica. Muchas veces no es sencillo ser conscientes de nuestras limitaciones pero no permitas que nadie las ponga por ti.  Es importante pensar hacia dónde se quiere ir y a dónde se quiere llegar. Pasaréis muchas horas trabajando así que recuerda, el tiempo de trabajo es también tiempo de vida. Yo he encontrado mi motor en aprender, pensar, investigar y, todo ello, dentro del marco de la geofísica. ¿Cuál es el tuyo?

Pilar S. Sánchez-Pastor
Estudiante de Doctorado en Ciencias de la Tierra
ICTJA-CSIC

Escucha música mientras lees.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Capítulos más populares