Y yo quiero ser...Profesora de Física
(Por
Verónica Tricio Gómez)
Escucha música mientras lees, vete al final.
Quiero ser profesora de física recuerdo
que me decía mi amiga Isabel cuando en el sexto curso de Bachillerato
Superior de Ciencias hacíamos juntas las
tareas que nos mandaba el profesor de física del colegio privado donde
estudiábamos. ¿Qué significaba ser profesora de física? ¿Qué se requería para
ser buena profesora? me preguntaba yo mientras buscábamos afanosamente la
fórmula que teníamos que aplicar para resolver el problema. En aquel curso me
conformaba con entender las explicaciones del profesor y saber resolver los
ejercicios que teníamos mi amiga y yo entre manos. En síntesis, yo lo que
quería entonces era aprender física, pero ¿Cómo podría yo aprender y saber física?
¿Cómo se aprendía física en la enseñanza tradicional?
Tras la
reválida de sexto, hice el curso preuniversitario. En el “Preu" cursé la asignatura de
física, con un programa muy extenso orientado a la prueba de acceso a la
Universidad, que el profesor seguía con el libro de texto de Santiago Burbano
Ercilla. Como alumna de licenciatura ya
pude apreciar que un profesor excelente puede hacer bueno un programa malo de
estudios y viceversa, el mejor plan de estudios está abocado al fracaso en
manos de profesores ineptos. En todas las asignaturas de la carrera de Físicas
en la Universidad de Valladolid, se seguía un sistema tradicional de enseñanza
(se conoce como pasivo) cuyo principal objetivo era la adquisición del
conocimiento, en el que los profesores usaban el método de lección magistral
(Fig. 1) y resolución de ejercicios y problemas, en las dos modalidades de
clases teóricas y clases prácticas, además de las tutorías. Los profesores que
me daban clase desarrollaban todas las demostraciones en la pizarra y los
alumnos estudiábamos por apuntes que tomábamos en clase, por libros
recomendados en cada asignatura (entre otros: Sears Zemansky, Aguilar Peris,
Goldstein, Alonso Finn, Reitz Milford, Messiah) y por apuntes elaborados por
los profesores. Como alumna inquieta intelectualmente yo asistía a seminarios y
conferencias y adquiría o me prestaban algún libro extranjero sobre todo de
problemas.
Soy profesora
de física en la universidad desde que terminé mis estudios (hace muchos años) y
me he podido responder las preguntas que en mi juventud me hacía, y ahora me toca
responder a las que se me hacen. Casualmente este verano una destacada alumna
en la última olimpiada de física, también me ha dicho que quiere ser lo mismo
que mi amiga y que está muy interesada en saber qué significa ser profesora de
física y ser una buena profesora. Sus inquietudes son las mismas que fueron las
mías y eso me motiva a transcribir a
continuación una breve descripción de las respuestas que daré a la joven
estudiante.
¿Qué es ser profesora de física y para qué sirve?
En general,
ser profesor de física va mucho más allá que enseñar los contenidos científicos
de la materia y evaluar que los estudiantes los hayan adquirido. En la
educación superior, en particular, ha de estar capacitado para desempeñar
correctamente las tres funciones que le son encomendadas: la docencia, la
investigación y la gestión. Respecto a la primera de estas funciones, desde la
incorporación al EEES en el curso 2009-10, la docencia en general y de la
física en particular, ha asumido un nuevo paradigma centrado en el trabajo del
estudiante (con la necesaria ayuda del profesor como facilitador de su
aprendizaje) y el nuevo modelo competencial en el que las competencias
constituyen el núcleo del proceso de enseñanza y aprendizaje. Por eso, el
profesor de física ha de planificar la metodología del proceso de
enseñanza-aprendizaje (las modalidades, los métodos de enseñanza y los sistemas
de evaluación) de sus materias de Grado
y de Máster, teniendo en cuenta las competencias establecidas. He de comentarla
que estoy de acuerdo con los autores que afirman que de los cuatro perfiles que
distinguen del profesor universitario (investigador puro, investigador
pragmático, docente y comunitario), el perfil docente posee una verdadera
vocación universitaria, siente un gran interés y motivación por la docencia, a
la que dedica mucho tiempo y esfuerzo, le gusta la relación con sus alumnos y
le preocupa que los alumnos tengan un aprendizaje de calidad y formar a buenos
profesionales [1].
Una de las
vías de transmitir la ciencia a la sociedad (Fig. 2) es mediante la actividad
académica (la educación científica reglada) a estudiantes en diferentes niveles
educativos; y le expresaré que los profesores de física constituyen el eslabón
imprescindible y principal de transmisión de ese saber entre los científicos y
la sociedad [2]. Recordando las muy sabias palabras de Ilya Pregogine durante
Conferencia en el Forum Filosófico de la
UNESCO en 1995, le diré a esta alumna que deberá estar siempre dispuesta a
ampliar su conocimiento [¿Qué es lo que
no sé? Esta pregunta me hace pensar en otra pregunta, que se puede considerar
complementaria: “¿qué es lo que sé?”. Mi respuesta a esta pregunta está clara:
muy poco. No digo esto por modestia excesiva, sino por una convicción profunda:
nos encontramos al final de esa era de la historia de la ciencia que se abrió
con Galileo y Copérnico. Un período glorioso en verdad, pero que nos ha dejado
una visión del mundo demasiado simplista. La ciencia clásica enfatizaba los
factores de equilibrio, orden, estabilidad. Hoy vemos fluctuación e
inestabilidad por todas partes. Estamos empezando a ser conscientes de la
complejidad inherente del universo. Esta toma de conciencia, estoy seguro, es
el primer paso hacia una nueva racionalidad. Pero sólo el primer paso].
Cuando sea
profesora esta jovencita, podrá enseñar tantos y tan importantes aspectos de
qué son y para qué sirven las diferentes áreas de esta ciencia….Que la física
es soporte de otras disciplinas científicas y de numerosas aplicaciones
tecnológicas en amplios campos de la actividad humana. Mediante la enseñanza de
esta ciencia básica podrá facilitar a sus alumnos la comprensión del mundo en
su complejidad mediante una estructura formal, desde la elaboración de modelos
simplificados hasta la aportación de enfoques más aproximados al problema
complejo. En sus actividades docentes de transmisión del conocimiento, podrá
utilizará los métodos de razonamiento propios
de esta ciencia ligados con la descripción de fenómenos físicos, de sus leyes y
principios, a través de un lenguaje específico como es la formulación
matemática. Por tratarse la física de una materia dinámica, podrá explicar en
cada nivel de estudios diversas y adecuadas construcciones teóricas que no son
dogmáticas ni definitivas.
¿Cómo ser una buena profesora de física?
Siempre deberá
enseñar a sus estudiantes a aprender a aprender, a pensar, a reflexionar y
criticar constructivamente y como profesora de física tendrá que ser altamente
competente. En particular, las competencias que ha de desarrollar una profesora
de física en la educación superior [3] son entre otras: Conocer y saber aplicar
los contenidos curriculares de la materia/s concretas de física. Conocer el
contexto universitario y saber desenvolverse en él. Trabajar en equipo con
personas del mismo y de distinto ámbito profesional. Conocer y saber aplicar
metodologías docentes innovadoras. Evaluar el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Organizar y gestionar eventos científicos [4]. Destaco aquí que la profesora de
física ha de tener inquietud hacia la innovación y actualización de los
programas porque en la enseñanza de esta disciplina es preciso revisar y
adaptar continuamente los conceptos y contenidos, además de la metodología;
éstas y otras adaptaciones proponía el profesor Marcelo Alonso ya en el año
1997 en respuesta a la pregunta ¿enseñamos bien la física?, durante el
27º Encuentro Ibérico de Enseñanza de la Física.
Fig. 3. Izda. Portadas de algunos libros de
comunicaciones de los Encuentros Ibéricos de Enseñanza de la Física. Dcha. Portada de una monografía de
aprendizaje activo de física básica universitaria.
No se consigue
ni rápido ni fácilmente ser una buena profesora de física. Para lograrlo le
citaré a la estudiante algunos de los requisitos que considero significativos y
que serán importantes retos para quien desea ser una excelente profesora. En
síntesis, estos requisitos son: Saber física. Informarse sobre las innovaciones
de la ciencia física. Conocer y relacionar entre sí sus aplicaciones
tecnológicas, impactos en la sociedad y consecuencias ambientales. Presentar el
impacto de la sociedad en la ciencia y en la enseñanza. Contribuir como
educadora al desarrollo sostenible y el mejoramiento del conjunto de la sociedad. Estar al tanto de las experiencias de los
profesores que hacen investigación didáctica. Saber enseñar física con el
adecuado rigor científico. Contextualizar el nivel de enseñanza y la
orientación de los estudios universitarios en que han matriculado los
estudiantes.
La profesora
de física también deberá saber aplicar las distintas metodologías didácticas
para conectar con el estudiante, motivarle en su aprendizaje, fomentar su
interés por la ciencia que se estudia y
su investigación, reforzar el interés por la cultura científica, hacer uso de
las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Difundir sus
experiencias innovadoras [5] y sus resultados de investigación didáctica en
monografías, revistas y congresos (Fig. 3) estará también entre sus retos... y,
por supuesto, gustarle mucho lo que hace y sentir pasión por aprender y enseñar
física a sus alumnos.
A modo de cierre
Esas son
algunas de las respuestas a las inquietudes de la joven estudiante; espero que
le hagan reflexionar y le sirvan para fortalecer su entusiasmo por aprender y
enseñar física. Si es así, estoy convencida que dentro de pocos años volverá a
visitarme para decirme que está en el camino de…. ¡ser profesora de
física!
Referencias:
[1]
Tricio Gómez, V. y Valdés Castro, R. (2015) Los
científicos y la divulgación de la ciencia. Divulgación. Innovación en la
enseñanza de las ciencias. Reflexiones, experiencias y buenas prácticas”, pp.83-111,
Ed. Q Divulgación. ISBN 13: 978-84-15575-04-7.
[2]
Galán, A. y Rubalcaba, L. (2007) El
perfil del profesor universitario. Fines, motivación y ámbito del trabajo
en la universidad. En A. Galán (ed.), pp. 33-55. Madrid: Encuentro
[3]
García Sanz, Mª. Paz y Maquilón Sánchez,
J. (2010). El futuro
de la formación del profesorado
universitario. REIFOP, 14 (1), 17-26. http://www.aufop.com/
(consultada el 14-08-17)
[4]
Tricio, V. y al. Los Encuentros Ibéricos sobre Enseñanza de la Física (2013).
La vida de la Ciencia, REF, 27-1, pp.17-22.
[5]
Experiencias de Innovación docente en la enseñanza de la física universitaria. Ed.
A. Nájera y E. Arribas. ISBN 978-1-4457-3466-8.
Verónica Tricio Gómez
Doctora
en Ciencias Físicas
Profesora Titular de
Universidad, Área de Física Aplicada, Departamento de Física, Universidad de
Burgos
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